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Recuerdo detenido en mi memoria, como un reloj detenido en las seis, como un cordón que no corte… como lo único que recuerdo de su unión, palabras que escribo por miedo a olvidar.
Sentados en nuestra nube perfecta, blanca y con colores únicos, un libro amarillo y del porte del universo, un título para cada día, una historia nueva para soñar.
Sus voces dulces y tibias, hablando de mundos mágicos y existentes, una fantasía única,
Tu sentada en mi cama, y el con la otra pequeña.
Mantas con dibujos perfectos, cariños en el pelo, que siento al recordarlos.
Sonrisas brillantes y calmadas.
Las manos de el cruzadas, sus ojos pensantes, su mirada perdida, su olor inexplicable.
La otra pequeña que sueña, es mi hermana, su pelo largo y suave, su mirada encantadora, mirándome fijo e imaginando que todo es real.
Ella frágil y tierna, sosteniendo el libro pesado con sus manos flacas y acogedoras.
Y finalmente yo, con pelo corto y liso, pijama rosado y con dibujos, sonrisa igual a la de ahora, ojos perdidos en las hojas de ese libro, mirada que retuvo este recuerdo, sacó una fotografía, que ahora veo y vuelvo a ella, me siento en mi cama, vuelvo a ver el libro amarillo del porte del mundo, veo a mis padres dando las buenas noches, veo a mi hermana con ternura… una fotografía guardada en mis bolsillos…
Un recuerdo que estremece…
Un arco iris existente.

entrecoma&coma.

Un barco se hunde, una flor marchita, una ola se lleva todo lo que imaginas… la nube que te dio sombra ahora humedece tus recuerdos, un sillón flotando saliendo de la ciudad, un edificio explotando, un “si” borrado, una llamada, un café amargo, pensamiento nublado, metáforas absurdas, olores nuevos, canciones mojadas, manos descontroladas.

un banco solo para dos...

decidimos por ese día cambiar la rutina, se nos ocurre caminar, nos reimos de nuestras vidas, hablamos de nuestros problemas, buscamos soluciones, planeamos travesuras. luego vamos por un helado, el mejor del lugar(segun nosotras) y nos sentamos en un banco, de esos tradicionales al frente de una plaza. Comenzamos a mirar a los que se cruzan por esta calle, algunos con caras tristes, otras apuradas y otras casi invisibles, por que realmente las únicas que perteneciamos a este, fuimos nosotras, por que para nosotras, ese lugar absurdo, era único, como olvidar que para lo que todos llamaban basura o gente ridicula pasendose por ese lugar, para nosotras era un mundo, donde puedes descubrir una sonrisa...por que cuando de verdad te propones ver tu entorno, ves las cosas desde una perspectiva única, como de verdad son, lo demás no tiene mayor importancia.
Entre chistes, llantos y melancolias, nosotras dos, ya con el mundo a nuestros pies, sabemos que estamos incertas en una sociedad con horarios y debemos volver, se acabo el helado, se acabaron las palabras, pero nos miramos felices, por haber transformado una tarde rutinaria, en un momento inolvidable, ya que desde esa tarde, comprendimos que tener tardes como esta, solo dependía de nosotras
... en el mismo lugar... las mismas sonrisas...el mismo helado, en un banco que fué y será solo para dos.